domingo, 8 de mayo de 2011

LA METAMORFOSIS


Gloria Conde/ La Metamorfosis, una novela de Franz Kafka(1883-1924) publicada en 1915, se ha convertido en un gran clásico que deleita leyéndolo en cualquier momento de la vida.

El relato narra la transformación de un hombre en insecto. Toda una sensación de extrañamiento que se adueña del lector, quien poco a poco va descubriendo que el protagonista se ha convertido en un parásito respecto a su familia.

Gregorio Samsa es el protagonista de esta historia. A sus 23 años, trabaja como viajante de comercio, manteniendo así a sus padres y a su hermana. Una mañana se levanta transformado en un insecto gigante. “Estaba acostado sobre una espalda dura como una coraza y, si levantaba un poco la cabeza, veía su vientre abombado, de color marrón y surcado por unas estrías duras. El cobertor apenas se podía mantener sobre tan abultado vientre y estaba en trance de deslizarse al suelo. Sus muchas patas, que comparadas con la totalidad de su volumen eran lastimosamente delgadas, revoloteaban sin ton ni son ante sus ojos [...]”.

Tras sufrir la metamorfosis, Gregorio se encuentra incapacitado para trabajar, por lo que su padre tendrá que volver a trabajar de nuevo. De este modo, el protagonista sufrirá la incomprensión y el desprecio de toda su familia, que poco a poco le verán como un insecto y no como a un ser querido.

Algunos autores creen que la gran capacidad de sugestión de este relato, se debe a la fuerte identificación entre el autor y su personaje. Kafka nació en el antiguo ghetto judío de Praga, pero su padre logró conquistar los altos niveles de la sociedad. Desde el punto de vista social, se convirtió en un judío desarraigado influenciado por la cultura checa. Teniendo en cuenta su desarraigo, se explica que su vivencia más primaria de la vida fuese de “extrañamiento”. Su infancia le intensificó esta vivencia que de adulto plasmó en sus narraciones protagonizadas por personajes excéntricos, como animales o insectos.

Son varias las críticas que subyacen a esta obra. Por un lado, se critica el autoritarismo predominante de la sociedad de aquella época, donde las cosas estaban ya predeterminadas sin explicación ni razón alguna, así como la inferioridad que generaba el hecho de ser judío. También se señala la autoridad que suscitaba la figura del padre en la familia, culpable en gran parte del modo de concebir la vida que desarrolló su hijo.

Por otro lado, la obra recoge el tema del egoísmo humano. El protagonista, Gregorio, se encontraba en la obligación de mantener a toda una familia, pero cuando la situación cambia y es la familia la que tiene que ocuparse de él, ignoran sus responsabilidades y le dejan morir.

El estilo de Kafka, calificado como “realismo mágico”, envuelve esta obra que es toda una metáfora sobre la vida, donde se expresa el desaliento del hombre ante el absurdo del mundo.

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