Novo, protagonista único de esta historia, le aporta ese carácter desenfadado y caradura al personaje haciéndolo suyo como si de su propia historia se tratara. Y no sólo eso, sino que al final de la hora y media que dura el espectáculo, se ha metido al público en el bolsillo consiguiendo que interactúe con él de la forma más natural. El guión de Becker, resulta magistralmente interpretado y consigue que todo el público se sienta identificado y representado.
“El Cavernícola” le da una visión diferente a los tópicos sobre las relaciones de hombres y mujeres, transportándonos a la edad de piedra con su decorado que recuerda al salón de Los Picapiedra. Con una escenografía sencilla sobre la que destaca aún más la actuación del protagonista, los juegos de luces y el uso de una simple capa y una lanza hacen parecer más lleno el escenario.
Los monólogos humorísticos son un género en auge, programas televisivos como El Club de la Comedia, han hecho mucho por este género, pero el formato siempre suele ser el mismo: un monologuista más, o menos, conocido que se presenta sólo, con una silla como mucho, ante un micrófono. “El Cavernícola” supone una forma más teatral de ser representado, lo que le aporta un tono diferente y permite integrar todos los elementos escenográficos al servicio de la historia que se quiere contar.
Una gran obra, una intachable representación y una buena forma de desconectar de los problemas del día a día y de la difícil situación que vivimos.
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